8 de mayo de 2013

CON LOS PIES EN LA TIERRA

 
 
 
Aquel había sido un duro día en el trabajo. Como en tantas ocasiones se me había hecho tarde hasta para comer. Pero por fin estaba en casa. Un sandwick rápido y encendería el ordenador para ver mis mensajes. Nada nuevo. Me acordé del sorteo. Cogí del monedero la boleta y busqué en google la combinación ganadora. No me lo podía creer. Lo estaba viendo con mis propios ojos y aún así no era real. Encendí la tele y busqué en el teletexto. De nuevo los números que tenía entre mis manos. No es posible !!!. Cambié de canal y repetí la búsqueda. Síííí !!!!. Era el único acertante del sorteo !!!. 
 
Instintivamente guardé el resguardo en el sujetador. ¿Qué hago ahora?. Un gran nerviosismo se fué apoderando de mí. Luego mi primer pensamiento, tengo que llamar a Marc para contárselo. Y tras él, el segundo, mejor le cuento cuando llegue a casa y le doy una sorpresa. Hasta que llegó el tercero, ¿y si no le digo nada?,¿y si hago las maletas y desaperezco?. Este me sorprendió de perverso.
 
Bajé la maleta del altillo. Casi me mato al subierme a la silla. Metí lo imprescindible. Tres vestidos de verano. Renovaría todo mi vestuario cuando aterrizara. Estaba cansada del frío de Madrid y volaría a un lugar cálido. Alguna isla paradisiaca de esas que vemos en los folletos de las agencias de viajes y que parecen irreales, como pegatinas superpuestas de cabañas de madera en mitad de una playa de arena blanca, y un mar cristalino y transparente como el cielo. En realidad no había pensado mi destino. Pero daba igual, sería lejos, muy lejos, lo mas lejos posible.
 
Antes de coger el taxi al aeropuerto pasé por un cajero. Sacaría un poco de dinero para los primeros gastos antes de que pudiera hacer el cobro del premio. Teníamos solo una cuenta común para los gastos de la casa. Ya se lo devolvería. Era solo un préstamo. Por el camino me empezó a sonar el móvil. Ni siguiera había pensado que lo llevaba en el bolso como siempre. ¿Quien me llamaría? Era Marc. Supuse que habría llegado a casa y estaría preguntándose dónde me habría metido. Cancelé la llamada. Me iba. Tenía que deshacerme del maldito teléfono. En cuanto llegue al aeropuerto lo tiró en la primera papelera que vea. Que barbaridad !!! Que caros están los taxis !!! Se va a creer que me ha llevado hasta Alicante !!!. A ver si me dá la maleta y me largo, si me va a amargar el día y todo. ¿Pero que digo? Si ahora puedo pagar y tener lo que quiera. ¿Por qué me preocupo por el dinero? Tengo que dejar atrás esta mentalidad. Tu ya no eres lo que eras.
Una papelera !!! Ahora tiró el móvil y ya. No sabía que era tan adicta a esto. Voy a ver antes quien me ha llamado. Veinte llamadas !!! Marc, Natalia, mi madre... Marc me ha dejado un mensaje escrito, "Toy preocupao, ande t metes?".  Jajaja, que forma de escribir !!! ¿Ande amos a llegar?.
 
Me dío un poco de pena. Marc y yo no estamos casados, pero vivimos juntos desde hace diez años. Nunca me pareció que unos papeles hicieran mas compromiso del que teníamos hasta ahora. Tampoco me ha hecho ilusión "disfrazarme" de princesita. Le contesté, "Marc, estoy bien, no me ha pasado nada. Me he largado y creo que no volveré. No te preocupes por mí. Besos. Voy a tirar el móvil a la basura. Mas besos". Enviar, apagar, tirar el teléfono al suelo y aplastarlo, y tirarlo a la papelera. Mierda !!! No le he dicho que he cogido prestado un dinero de la cuenta. En fin, no pasa nada, lo repondré cuando cobre la primitiva. Espero que no le importe. Seguro que no.
 
Una hora y sale el avión. Isla Bikini. Unos cuantos trasbordos y llegaría. Pero que más dá, tenía todo el tiempo del mundo para disfrutar. Un viaje emocionante. El que siempre había querido hacer. Estaba a punto de iniciarlo y con él una nueva vida en la que Marc no estaría. Estaba comenzando a preguntarme que es lo que me había llevado a prescindir de él en este momento. Todo había sucedido rápido. Por impulsos. Me doy cuenta de que ha aflorado el diablo que hay dentro de mí, ése que casi siempre conseguí mantener a raya y oculto, el que cuando tenía cuatro o cinco años me hizo romper sin querer un jarrón y le echó la culpa a mi hermano pequeño aprovechando que no sabía hablar para desmentirme. El que muchas noches me hace soñar con vidas distintas y me despierta llena de desazón y tristeza. Y ahora que no hay límites a mis sueños ¿por qué he dejado a Marc al margen ?¿es que no le quiero?. Es verdad, el nunca apareció en mis sueños. Y no apareció porque él es real, palpable, de carne y hueso, con los pies en el suelo, no apto para volar. Y yo quiero volar. Cuando digo que quiero volar me refiero a ser libre, a no tener ataduras, a poder hacer en cada instante exactamente lo que me apetezca hacer sin pensar en consecuencias ni posibles reproches, sin temer a mi propia conciencia. Y mi conciencia me está dando un repaso ahora mismo… Soy gilipollas. ¿Que estoy diciendo?¿Que hago aquí sola? Le llamaré, le diré que nos ha tocado la lotería, lo celebraremos por todo lo alto. Marc nunca ha estado en mis sueños, no necesitaba estarlo, porque siempre ha estado a mi lado.
 
Una cabina. Dios, gracias porque todavía exite algún teléfono público. Marc- le digo sin darle tiempo a contestar- he tenido un momento de enajenación mental. Luego te cuento. Estoy en Barajas pero ahora mismo cojo un taxi y salgo para allá. Ah, y ponte la corbata, salimos a cenar, tenemos algo que celebrar !!!!
 
 
 


2 comentarios:

  1. Me ha encantado , es cierto, a veces perseguimos un ideal y no nos damos cuenta de que lo mejor lo tenemos justo al lado nuestro.UN beso.

    ResponderEliminar