10 de enero de 2012

Por una cabeza I


Me gusta pararme a ver los espectáculos callejeros. La mayoría de las veces acabo sentada en el suelo ensimismada. Tiene un gran mérito estar "tirado" a la intemperie a cambio de hacer disfrutar a los demás y de unas cuantas monedas. Hay un par de espectáculos dignos de verse en estos días. Uno de ellos es el de este cuarteto de cuerda. Tres violines y un violonchelo. De su amplio repertorio de música tradicional y clásica, sin duda, me quedo con su interpretación de "Por una cabeza", tango argentino de Carlos Gardel con letra de Alfredo Le Pera. Tal vez a algunos os suene de las películas "La lista de Schindler" o "Scent of a woman". Y aunque como curiosidad acabo de enterarme que fue compuesto en la ciudad de Nueva York en el año 1935, su letra es de las que no pasan de moda. Nos cuenta como en ocasiones nos sentimos frustrados al no conseguir aquello por lo que hemos apostado (como en una carrera de caballos) o que amamos (como a una mujer). Como, pese al empeño, a pujar por algo, o a querer a alguien, muchas veces apenas "por una cabeza" no lo conseguimos. Y sin embargo, seguiremos intentándolo una y otra vez, aún a sabiendas de que la adicción al juego nos puede perder, de que esa mujer no nos ama... Aunque sepamos que la posibilidad de fracasar sea alta, seguiremos apostando, repitiendo nuestros mismos errores y enamorándonos de lo imposible una y otra vez. Al fin y al cabo, en eso consiste la vida, y si no fuera así ... ¿de qué valdría vivir?

Mi fotografía del violista está dedicada a una querida amiga y excelente bailarina (aunque mas bien lo sea de salsa que de tango) que cumple años en el día de hoy. Felicidades !!!

Os dejo con la letra y con unos enlaces en el que podéis escuchar la canción original y una escena de "Scent of a woman" de Al Pacino.

Por una cabeza
de un noble potrillo
que justo en la raya
afloja al llegar,
y que al regresar
parece decir;
No olvidés, hermano,
vós sabés, no hay que jugar.

Por una cabeza,
metejón de un día
de aquella coqueta
y risueña mujer,
que al jurar sonriendo
el amor que está mintiendo,
quema en una hoguera
todo mi querer.

Por una cabeza
todas las locuras.
Su boca que besa,
borra la tristeza,
calma la amargura.
Por una cabeza,
si ella me olvida
qué importa perderme
mil veces la vida,
para qué vivir.

Cuántos desengaños,
por una cabeza.
Yo juré mil veces,
no vuelvo a insistir.
Pero si un mirar
me hiere al pasar,
su boca de fuego
otra vez quiero besar.
Basta de carreras,
se acabó la timba.
Un final reñido
ya no vuelvo a ver!
Pero si algún pingo
llega a ser fija el domingo,
yo me juego entero.
Qué le voy a hacer...!





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