Viernes Santo. Día de la muerte de la Cristo. Por fin el sol sale muy, muy tímidamente. La Soledad, una procesión con un solo paso, el de la Virgen que amárgamente llora la muerte de su hijo, sale a las una y media de la Iglesia de Santo Domingo. Sobre el regazo lleva el paño con el que envolviera a su hijo y la cruz de espinas. Su cara es un baño de lágrimas. Una cara de niña dulce y rota.
Se contrapone con esta imagen la de los comentarios que escuchan en la puerta de la plaza ... alegría por la salida de su Virgen a la calle y por el buen tiempo que rodeará su camino hacia el Campo del Príncipe. La cara de todos refleja la felicidad y la tranquilidad, el gozo de salir a la calle. Y de entre todas las fotos que pude hacer esta mañana, esta es la que lo refleja mejor. Me encanta ver a la gente contenta !!!.
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